BUEN
CIERRE.
El protagonista de una historia de Jorge Bucay explica: “fui a buscar un
final feliz, y busqué y busqué, pero no lo pude encontrar, y viendo que no lo
podía encontrar preferí invertir en un nuevo comienzo”
Para comenzar algo nuevo es necesario
concluir del mejor modo lo anterior.
Cerrar una etapa para dar comienzo a algo
nuevo, para poder edificar sobre el respeto y la gratitud por lo vivido
anteriormente, despedirnos del pasado con dolor por lo que ya no vamos a vivir,
por aquello que habíamos imaginado, soñado, pero también con todo el amor hacia
lo que hemos construido juntos.
En la vida existen muchos cierres, nos
decimos adiós como pareja, como compañeros de trabajo, como amigos, también
decimos adiós a las personas que se van de este mundo…Todos hemos vivido o
vamos a vivir alguno de estos cierres y es importante aprender a cerrar bien
las cosas para poder comenzar de nuevo algo diferente, UNA NUEVA ETAPA.
En todos estos años acompañando a parejas
he aprendido que los divorcios finalizan cuando tenemos la capacidad y la
honestidad de desear lo mejor a la otra parte, en ese momento se pone punto y
final a una etapa de la vida que nos ha tocado vivir.
Y para mí esto es un buen cierre, estar en
paz, sentir que no tiene cabida el rencor ni el reproche, sino todo lo
contrario, el buen amor.
Creo que lo que llega a nuestras vidas
siempre tiene una doble lectura, podemos aprender y crecer y sentirnos aún más
agradecidos o, todo lo contrario, estancarnos y no darnos permiso para madurar
y evolucionar como personas en constante cambio.
He aprendido que es bueno estar por encima
de los conflictos, de los desacuerdos y quedarnos siempre con los mejores
momentos, instantes de vida en los que fuimos testigos de la belleza, de la
complicidad, de la risa, momentos en los
que sentimos que caminábamos juntos por la vida, en la misma dirección.
La vida va pasando y el paso del tiempo nos
convierte en seres distintos, nuestros valores y nuestras necesidades cambian,
podemos mirar con ternura el pasado y agradecer que en parte, somos quienes
somos, por todo lo que hemos vivido juntos.
Cuando alguien se va deja espacio para que
otro venga, con iguales o distintos apellidos pero al fin y al cabo, otra
persona.
Joan Garriga dice: “Una relación concluye sanamente cuando, con el tiempo
necesario, en el interior vuelve a fluir el amor desde otro lugar y en el
exterior quedan claros los límites”
Que así sea.
(articulo publicado en el número de octubre en la revista "La Senda de los Elefantes" http://www.lasendaburgos.com/)
No hay comentarios:
Publicar un comentario