Miriam López Maqueda

"ALTOS Y BAJITOS"

Si tuviera que definir cómo veo a las personas, esta sería mi definición "altos y bajitos" en el mismo escenario, con miedos e ilusiones, con ganas de ser feliz.

Después de ver este vídeo, excepcional desde mi punto de vista, me he conectado con la importancia de incorporar el JUEGO en nuestras vidas, en el día a día con nuestros niños.

Nos pasamos la vida corriendo de un sitio a otro y no nos detenemos a llamar a un timbre y salir corriendo...¿qué  cara pondría el "bajito" que está a nuestro lado si nos viera haciendo esto?

Seguro que se le iluminaría la cara.

Nuestros niños a veces nos ven tan serios, tan correctos, tan educados, tan altos!!!

Ponernos a su altura y compartir ese punto de "picardía" inocente que nace desde la más absoluta pureza por descubrir y explorar el mundo que les rodea.

A veces no nos damos cuenta que son necesarias estas cosas, saltar los charcos, jugar a piratas, llamar a los timbres y esconderse, tirarse globos de agua...si miro hacia atrás me veo de pequeña haciendo todo esto y siendo tan "tremendamente feliz".

Voy a darme la oportunidad de compartir con mis hijos estas aventuras, desde el respeto y el cuidado, para transmitirles la belleza de las pequeñas cosas, de los juegos simples, donde se detiene el tiempo y sólo existe la sonrisa y el brillo de sus ojos.

Cuando hablo en las conferencias que imparto sobre "Paternidad y Maternidad Responsable" al final llego a una conclusión muy simple, el mejor legado que les podemos dejar a nuestros hijos es ser lo más felices posible.

Como padres y madres queremos y anhelamos que los hijos sean felices, en cambio, ¿cómo pueden ser felices si no ven la felicidad reflejada en nuestras caras?

Los cambios, las crisis, las separaciones no son el problema, no debemos poner el foco en esto.

Los niños y las niñas necesitan padres "contentos", agradecidos con la vida, motivados, con ganas de descubrir el misterio que supone vivir.

Confiar y Aceptar las cosas como son y no como nos gustaría que fueran, tener sueños y dirigirte hacia ellos pero sin dar nada por supuesto, aprendiendo siempre y entendiendo los obstáculos como oportunidades de mejora.

Al final se trata de que las relaciones que tenemos, los proyectos, la familia... sean medios y no fines en sí mismos.

Me encanta ver a mis hijos crecer cada día, no siento tristeza porque se hagan mayores, todo lo contrario, me apasiona como va pasando el tiempo, cómo van cambiando y haciéndose "más altos".

La vida pasa y está bien que así sea, aprovechemos el instante, detengamos el tiempo jugando a indios y vaqueros y guardemos para siempre ese olor a vida para no lamentarnos luego de que ha pasado el tiempo.

Jean De La Bruyére dice así: "Los niños no tienen pasado ni futuro, por eso gozan del presente, cosa que rara vez nos ocurre a nosotros".

Otra clave, PRESENTE, este es su primer apellido, no hay prisa para ponerse el pijama y lavarse los dientes, ellos son maestros de vivir en el aquí y el ahora.

Aprendamos a gozar del presente junto a ellos, a observar gestos, palabras, acrobacias conectadas con la grandeza que supone ser "bajito" todavía.

"Celebrar la vida no es una cuestión optativa, sino una necesidad esencial. Las fiestas y los rituales son la mecha que reaviva el fuego de la existencia. Sin ellos, poco a poco, ésta va perdiendo su intensidad"

(Ver capítulo diez del libro "Algo que celebrar" de Lola Mayenco dedicado a la importancia de jugar)