Miriam López Maqueda

"CREER EN LA BUENA SUERTE"

El otro día estuve participando en un taller con Patricia Ramírez (psicóloga deportiva) y me llamó mucho la atención la distinción que hacía sobre dos grupos de personas; "los suertudos y los no suertudos"

Es curioso cómo nuestro pensamiento puede ser tan determinante a la hora de crearnos nuestra propia suerte.

Es por supuesto, una cuestión de actitud ante las diferentes circunstancias que van aconteciendo en nuestras vidas.

También es una cuestión, como he dicho en otras ocasiones, de estar a favor de la vida que aunque parezca "ñoño" en algunas ocasiones, es verdad que te permite situarte y enfocarte para esperar o no lo mejor.

Trabajando con familias que cambian de forma, que finalizan una etapa, me doy cuenta de que nos aferramos a lo conocido, lo general, aquellos comportamientos generalizados presuponiendo que si son los mayoritarios pueden ser los más recomendables o idóneos.

Y yo planteo que por qué no empezamos a fijarnos en lo diferente, en lo que no es habitual, en comportamientos que aunque no son los más imitados  están dando sus frutos y despertando un mundo inmenso de oportunidades.

Cada uno tiene que vivir su historia de forma única, a su modo, como mejor le convenga y de manera que le dirija a una vivencia satisfactoria, coherente a sus valores, que le empodere y sirva de referente, de ejemplo a seguir.

Cuando la pareja llega a su final, el divorcio puede ser "el mayor regalo" que la vida les puede ofrecer...si lo vemos de este modo nos centraremos en aprender de la experiencia, en sacarle partido, en aceptar la situación y seguir hacia adelante en paz... porque le estamos agradeciendo a la vida lo que nos ha ofrecido en ese momento.

Pasamos tanto tiempo empeñados en hacer difíciles las cosas que, en este camino, nos perdemos cosas maravillosas, oportunidades, aprendizajes, nuevos escenarios.

Esta mañana hablando con un compañero me decía todo lo nuevo que le había aportado su divorcio, escenarios que hubiera sido incapaz de imaginar cuando comenzó su relación.

En este momento tenía encima de sus rodillas al  bebé de su expareja que a su vez, es la hermana de su hija y contemplaba esta escena maravillado con la cantidad de experiencias de vida que, junto a su hija iba a poder compartir.

Y es que la vida te sorprende si dejas que lo haga, te acaricia si de vez en cuando la besas y te enseña nuevos mundos si tu mirada es limpia y honesta.

Esta persona puede pensar, no lo sé, que tiene suerte de haberse divorciado pues la experiencia vivida le está aportando, le está haciendo conocerse mejor y crecer como persona.

Las personas que se consideran suertudas crecen, se enfocan a crear nuevos caminos, nuevas posibilidades, sacan lo mejor de cada experiencia y se sienten satisfechas con la vida que tienen.

Estoy convencida de que existen nuevos mundos por descubrir, nuevas posibilidades que crear y que sería bueno fomentar el "contagio" de experiencias positivas basadas en el amor, la solidaridad, la inocencia y el profundo deseo de contribuir a un mundo mejor.

Las personas somos responsables de la persona que somos y de la vida que tenemos, qué duro dicen algunos, qué cierto dicen otros...

La responsabilidad en nuestras acciones, en nuestras decisiones tiñe nuestro destino que no es otra cosa que la intensidad con la vivimos y y la suma de situaciones que experimentamos.

Y para finalizar, no se me ocurre mejor modo que  las palabras de María de Villota, sin duda una persona que amaba la vida, toda la vida!

"Parad!, parad en seco como si un accidente ocurriera en vuestra vida.

Sí, nuestra vida no es nuestra. Es un trozo de tiempo infinito si lo compartes con quien amas, con quien te necesita.

Y el mismo trozo de tiempo mezquino si no aprecias esto y cuanto te rodea.

Sonríe, por Dios! O por quien tú quieras, pero sonríe, porque hoy estás aquí y te queda mucho por vivir en este día.

Y decide.

Decide si quieres sólo llegar o pasear este increíble camino".

(que tu sonrisa siga iluminando el alma de otros seres, en otros mundos...)