"ESPERANZA ACTIVA: CONVENCIMIENTO DE QUE ALGO VA A PASAR AYUDANDO A QUE PASE"
“Los límites de mi lenguaje, son los límites de mi mente”
(frase pronunciada por Angels Ferrao)
Hace bastante tiempo que estoy trabajando y practicando el
tema del lenguaje. Frases como: “el lenguaje moldea el pensamiento” o “según
hablamos así pensamos” han estado presentes en mí durante los últimos años.
Y es que es verdad, el poder del lenguaje es brutal, cada
día tolero menos las inexactitudes, las palabras mal sonoras que provocan
faltas de respeto, que generalizan, que discriminan, que contaminan…
En ocasiones, nuestro lenguaje está muy contaminado, no
somos conscientes de lo que soltamos y sus consecuencias.
Pero es necesario profundizar un poco más y darnos cuenta
que nuestras palabras tienen relación directa con nuestra emoción.
Con esto me refiero que según sea nuestro sentimiento, así
será nuestro pensamiento y directamente nuestro lenguaje.
Cada día soy más consciente de lo que me digo a mí misma,
del lenguaje que utilizo conmigo, si me contamino con el desprecio, el miedo,
el orgullo, la intolerancia, la envidia, los celos….o si por el contrario, me
contagio con el amor, la confianza, la esperanza, la prudencia, la gratitud, la
paciencia…porque según sea la emoción que predomina en mí así se van a nutrir
mis pensamientos y mi vocabulario.
Esto no significa que n o tenga pensamientos o emociones
contaminadas a lo largo del día, pero sí soy consciente de reciclarlos para
conseguir un estado de bienestar y paz que me haga conectar con lo mejor de mí
misma, de los demás y del mundo.
Una de las emociones recién descubiertas es la “esperanza
activa” es el convencimiento de que algo va a pasar ayudando a que pase…
Es decir, está muy bien sentir esperanza pero no hay que
olvidarnos de nuestra parte activa y de que las cosas suceden por acción
raramente por omisión.
Este concepto me sitúa, me hace protagonista y me conecta
con el “pasar a la acción”.
Por todo ello, recomiendo hacer estos ejercicios de higiene emocional
y verbal porque las personas que nos acompañan, nuestras familias, nuestros
amigos, nuestros vecinos y vecinas son merecedoras de buenos climas emocionales
donde alce la voz el lenguaje de la ternura, de la compasión, del amor, del
respeto y echar a los contenedores la basura que nos corroe, que nos hace
violentos, orgullosos, envidiosos, rencorosos…porque son emociones tóxicas que
no necesitamos, que no nos aportan absolutamente nada.
Al final es una cuestión, a mi parecer, de AUTOCONTROL, de
ser conscientes de que lo que pensamos nos nutre, nos alimenta pero también, en
ocasiones, nos envenena.
Yo he decidido ir por la vida con “mi paraguas de la
autoestima” para protegerme de emisiones tóxicas contaminantes provenientes
directamente no de personas tóxicas si no de sus emociones altamente
contaminantes.
Una vez más hablo de RESPONSABILIDAD, porque soy responsable
de lo que contagio a los demás y de lo que me digo a mí mismo.
He decidido contagiar ilusión y confianza, y dar cabida a la
paciencia, no dejar que entre en mi vida la prisa que me desconecta con el
instante de vida que no volverá jamás.
Hola miriam!
ResponderEliminarNo nos conocemos en persona,pero se de ti porque eres compi de javier.
Me ha encantado este post! Sobre todo cuando hablar de emociones tóxicas y haces la diferenciación con personas tóxicas.
No creo en que haya personas tóxicas, sino personas con emociones.
Me puedes encontrar por carmen Saiz coach o la esencia de la matriz.
Gracias!
Muchas gracias Carmen te agradezco profundamente tu reflexion.Nos vemos por aqui...un abrazo
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