Miriam López Maqueda

“PRINCIPIO DE ENTROPÍA”

“Existe cierta tendencia a creer que nadar contra corriente resulta más beneficioso que nadar a favor de ella, y que hacerlo así nos convierte en más fuertes.

El principio de entropía nos plantea que lo más inteligente es hallar soluciones que consigan equilibrio con bajo coste de energía”.

(Fragmento extraído del libro “CORAZÓN QUE SIENTE, OJOS QUE VEN”. Zenith/Palneta).

Si analizo mi vida me doy cuenta de que he invertido mucha energía en personas, situaciones y acontecimientos que no me aportaban nada positivo, que me desequilibraban y agotaban hasta el extremo.

Creo que nos han inculcado tanto desde la familia como desde la escuela que nadar, en ocasiones, contra corriente y centrarnos en lo difícil tiene más valor, pero me doy cuenta que no siempre es así.

Cada vez intento centrarme más en aquello que sintonice y sea coherente con  mis valores personales y busco el equilibrio y la armonía como compañeros de viaje.

Últimamente no deja de resonar en mi cabeza la palabra “energía” hay algo misterioso que empieza a dirigir mi vida, mis decisiones, mi movimiento en función de la “energía”.

Estoy aprendiendo que “todo es energía” y considero fundamental detenernos para observar cómo la generamos, la intercambiamos, la invertimos…porque puede ser muy útil para mejorar nuestro bienestar y equilibrio.

Tiene mucho que ver, a mi parecer, con la confianza, otra compañera de viaje que me facilita mucho el día a día, con mis hijos, mi pareja, mi trabajo…cuando optas por confiar dejas de tener miedo y es curioso porque siempre me he considerado y, me han considerado, una persona muy miedosa pero últimamente, estoy viviendo muchos cambios y mi actitud gracias a la confianza ha cambiado.

No se trata  únicamente de ver el lado positivo de las cosas porque va mucho más allá.

Acepto lo que viene y lo que se va, no me obsesiono ni  pretendo tener siempre razón. Analizo, pienso y medito. Respeto y acepto.

Es una cuestión de estar en sintonía con lo que te rodea y alejarte de aquello que te perturba o te contamina.

Mi energía se orienta a crear, a estar a favor de las cosas, de las personas, de las situaciones.

Vivir es pasar a la acción, no quiero pasar por este viaje, que es la vida, como una superviviente, rodeada de lo difícil, preocupada, con miedo y desconfianza.

Quiero VIVIR, con todas las letras, crear mi realidad, responsabilizarme de mis acciones, ser consecuente, reciclar aquellas emociones que me contaminan y dejar entrar en mi vida lo mejor, cuidarme, mimarme y respetarme.

En este proceso me ayudan mucho Emma y Nicolás, dos personas “pequeñas” a las que acompaño cada día, con las que disfruto simplemente observando, besando y oliendo.

Son mis detectores emocionales, gracias a ellos mi vida se ha llenado de emociones altamente ecológicas como la ternura, la gratitud, el amor, la solidaridad, la bondad…

Crear nuestra vida, nuestra historia nos hace protagonistas, resignarse nos conduce al victimismo, a no hacer nada y contaminar más el ambiente.

Por lo tanto, recomiendo pasar a la ACCIÓN, aceptar la realidad y sacarle el mejor partido, porque una vida aburrida es uno de los mayores desperdicios.